El cereal, en buenas condiciones
Las lluvias de las últimas semanas han ayudado a la buena situación de los cultivos en esta época del año
Los campos de cereal presentan estos días un buen aspecto, gracias, entre otros factores, al agua caída a finales de febrero y comienzos de marzo. Sabiendo que aún queda mucho para la cosecha y que los próximos dos meses serán determinantes, la situación, en general, es buena. Desde luego, es mejor que la del año pasado a estas alturas, cuando los campos empezaban ya a necesitar que lloviera con cierta premura. Este año, las circunstancias son diferentes.
Para esta campaña, las siembras se prolongaron más de lo habitual. Luis Miqueleiz, técnico de Cereales del Grupo AN, lo explica así: “En el norte, había zonas con demasiada humedad y hubo que aprovechar momentos muy puntuales para realizar la siembra. En muchos casos ha habido también cambios de semilla para optar por cebadas de ciclos cortos. Por su parte, en la mitad sur de España, la situación de partida fue prácticamente la contraria: hubo problemas porque el campo estaba demasiado seco y, en algunos casos, el cereal no nacía por esa falta de agua. Allí, las últimas lluvias están paliando esa circunstancia, al menos en parte”.
Las nascencias, en general, fueron buenas y, a mediados de marzo, el cereal presenta un buen aspecto en el campo, si bien hay algunos puntos concretos de Navarra que, debido a la gran cantidad de lluvia caída, están incluso encharcados.
Miqueleiz explica también que las altas temperaturas medias de enero y febrero han acelerado el desarrollo del cereal. “El frío de las últimas semanas lo ha frenado un poco, pero la previsión de temperaturas elevadas para los próximos días hace que se vuelva a esperar un acelerón en el desarrollo. Esto aumenta también el riesgo de problemas sanitarios, especialmente la aparición de hongos por la mezcla de calor y humedad”.
La situación, en general, es buena, pero es a partir de ahora cuando se decide todo: “El año pasado, a estas alturas, empezábamos a ver que hacía falta agua y no cayó prácticamente nada en meses, lo que derivó en una de las peores cosechas de la historia”, recuerda el técnico de Cereales. Por eso, lo que ocurra en abril y mayo será decisivo para la campaña de este año.