Avances en sostenibilidad: cálculo de la huella de carbono de producto avícola
La sección avícola ha calculado la huella de carbono de un kilo de pollo desde las granjas de recría hasta la etapa de comercialización
Esta acción se enmarca en la Hoja de Ruta en Sostenibilidad del Grupo AN y se alinea con el Pacto Verde de la Unión Europea
La sección avícola del Grupo AN ha realizado el cálculo de la huella de carbono que tiene un kilo de carne de pollo comercializada, atendiendo a todas las fases que contempla su ciclo completo: las granjas de recría, las de reproductoras, la incubadora, las granjas de crecimiento, el centro de procesamiento y la etapa de comercialización.
El cálculo se ha realizado bajo los estándares de la norma UNE-EN ISO 14067, tomando en consideración la perspectiva de Análisis de Ciclo de Vida (ACV), y obteniendo la certificación de OCA Global, entidad que también certifica la Memoria de Sostenibilidad del Grupo AN, con un resultado muy satisfactorio.
El cálculo tiene en cuenta los kilogramos de CO2 equivalente de toda la actividad avícola, basándose en los datos recogidos sobre parámetros como el consumo eléctrico en sus distintas etapas, el combustible empleado para el transporte, el pienso consumido por las aves o el material de los envases en los que se presentan los productos que van a ser comercializados.
Como resultado, se ha llegado a la conclusión de que, por cada kilo de pollo comercializado, se emiten 2,93 kilogramos de CO2 equivalente, un 10% menos que en el ejercicio anterior, gracias al aumento de la eficiencia energética en las granjas. Este resultado confirma que, dentro de las actividades ganaderas, la avicultura tiene un impacto menor que el de la producción del resto de carnes.
Se trata de una acción que se enmarca en la Hoja de Ruta en Sostenibilidad del Grupo AN para la mitigación y adaptación al cambio climático y se alinea con el Pacto Verde de la Unión Europea.
Entre los objetivos de esta acción están la mejora de la eficiencia energética de los procesos de producción de la sección avícola; la identificación de las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero para, posteriormente, poder implantar medidas mitigadoras; el desarrollo de productos de mayor valor añadido que fomenten la diferenciación y la especialización; y la mejora de la eficiencia de la cadena de valor agroalimentaria.